Historia de Vistiendo a la Tradición
Vistiendo a la Tradición nace del impulso de Julio Coitiño, criado entre amaneceres de campo, domas y jornadas de trabajo donde la indumentaria no era simple abrigo: era identidad. Desde joven entendió que la forma de vestirse del gaucho uruguayo guarda valores que no caducan: respeto, esfuerzo y pertenencia.
El comienzo fue humilde. Julio empezó reuniendo bombachas de campo, sombreros, ponchos, botas y aperos que conservaran la autenticidad criolla. Cada pieza debía contar una historia: la de los oficios rurales, la del mate compartido al reparo del monte, la de las familias que transmiten su legado con orgullo. Ese pequeño mostrador pronto se volvió un punto de encuentro para vecinos y amigos que buscaban algo más que ropa: buscaban reconocerse.
Con el boca a boca llegaron nuevos clientes y también artesanos, talabarteros y marcas nacionales que compartían la misma visión: honrar la tradición sin resignar calidad ni comodidad. Así, Vistiendo a la Tradición amplió su propuesta para vestir al gaucho de hoy y a su familia, sumando prendas para trabajo y fiesta, accesorios y artículos para el caballo, siempre fieles a las líneas, textiles y oficios que nos definen.
La tienda creció, pero la idea central no cambió: acercar indumentaria con sentido. Porque una buena bombacha, un sombrero bien plantado o un poncho tejido no son moda pasajera; son señales de una cultura viva. Por eso, cada colección nace de escuchar a la gente del interior, de visitar talleres, de elegir cueros y lanas que resistan la intemperie y acompañen la vida de campo sin perder estilo.
Hoy, Vistiendo a la Tradición acompaña a quienes trabajan la tierra, a quienes viajan desde la ciudad para volver a sus raíces y a quienes desean llevar con dignidad el sello criollo. Detrás de cada prenda hay manos uruguayas, oficios cuidados y una promesa: la tradición no es pasado; es presente y futuro. Mientras haya alguien que vista con orgullo su historia, la visión de Julio seguirá firme.
Vistiendo a la Tradición es más que una marca: es una forma de decir “aquí estamos”, con la frente en alto y el corazón en el pago.